En México, el lavado de dinero está regulado principalmente por la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (LFPIORPI), también conocida como Ley Antilavado.

Luego de las reformas de gran calado en la materia (julio 16, 2025) en nuestro país, reforzar los procesos de control interno, cumplimiento y capacitación serán estrategias claves para los tomadores de decisiones empresariales. Y es que la prevención del lavado de dinero no sólo protege a las empresas del riesgo reputacional y legal (penal incluido), sino que también fortalece la confianza de los consumidores.

Destacamos la importancia de:

• Integrar la perspectiva legal desde la dirección estratégica (alta dirección).

• Adoptar mecanismos tecnológicos para el registro de operaciones, identificación de clientes y generación de reportes (IA incluida).

• Promover una cultura ética organizacional orientada al cumplimiento normativo y la transparencia.