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  • Por Luis Hernández Martínez*

La SCJN y el caso Dred Scott

La independencia del abogado es, bien recuerdo las palabras de mis profesores, algunos de ellos Ministros y Ministros en Retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), uno de los más preciados atributos de su ejercicio profesional. Conducir sus decisiones a partir de intereses económicos, políticos y/o sociales (filiación, cuates, fobias…) tiene resultados alejados del bienestar nacional. Ahí, justo, la reflexión alrededor de la decisión que la Corte emitirá con respecto a la Ley de Seguridad Interior.

¿Por qué? Porque una Corte que actúa políticamente juega con fuego y corre el riesgo de quemarse para siempre, en el peor escenario. En el menos dañino para su reputación institucional, socava la confianza de la población que no comparte la visión que motivó su decisión judicial. No olvidemos que los jueces no son buenos políticos (como regla general) y sus consideraciones sobre lo conveniente podrían estar equivocadas (son humanos falibles).

Tal y como le ocurrió a la Suprema Corte de Estados Unidos con respecto al caso Dred Scott. Algunos historiadores aún discuten el papel concreto de dicho asunto en el estallido de la Guerra Civil estadounidense. ¿Por qué? Porque si no lo detonó, sí lo impulsó de manera importante, dicen.

¿Qué hicieron los ministros de aquél país en 1857? Afirmar que la Corte no debe “dar a las palabras de la Constitución una interpretación más liberal y favorable de la que se pretendía que tuvieran en el momento en que el instrumento fue discutido y aprobado. La Corte debe interpretar la Constitución tal como se entendía”.

Abraham Lincoln hizo un comentario al respecto en su discurso de toma de posesión: “El ciudadano honesto debe reconocer que si la política gubernamental respecto a temas vitales que afectan a toda la gente fuera determinada irrevocablemente por las decisiones de la Corte, desde el preciso momento en que estas decisiones son pronunciadas, ya sea en litigios ordinarios inter partes o en acciones individuales, el pueblo no sería ya su propio soberano pues habría dejado su gobierno en las manos de ese eminente tribunal”.

En igual línea lo que dijo Martin Luther King Jr. en una de sus frases más recordadas, pero relacionada con el caso Brown: “Y si nosotros estamos equivocados, la Constitución entonces también lo está”. SCJN, no te equivoques en el asunto de la Ley de Seguridad Interior. Escucha al pueblo, escucha a su Constitución.

* El autor es abogado, periodista y administrador. Chief Marketing Officer en PKF México y miembro de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados (BMA). Profesor de posgrados en Alta Dirección, Derecho, Gobierno y Políticas Públicas en la UNAM, UP, HC Escuela de Negocios y Alta Dirección Jurídica.

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