En el mundo de la administración de cualquier entidad, la correcta comunicación es esencial para lograr los objetivos. Desde las instrucciones que un jefe de área da a sus subalternos, hasta la redacción de los contratos y acuerdos que la organización deba de tener con terceros.
Cuando la entidad tiene operaciones internacionales, debe elegir un idioma que sea el oficial para todas las comunicaciones que haya entre las diferentes sucursales, y este debe estar regido por la utilización de un lenguaje correcto y claro, para evitar malas interpretaciones.
En muchas ocasiones, los errores en operación o en la toma de decisiones, se deben a interpretaciones incorrectas de las instrucciones que se dieron. En otros casos, la falta de claridad en las instrucciones da motivo a que cualquier persona pueda utilizar diferentes interpretaciones de el lenguaje utilizado para llevar a cabo actividades no aprobadas o incorrectas.
La administración de las entidades debe asegurarse que la comunicación dentro de la organización fluye de manera correcta y comunica estrictamente el mensaje que quiere difundir a las personas que debe ser dirigido. Cuando la administración traduce las instrucciones de un idioma a otro, debe tomar en cuenta ciertos factores que pueden provocar que el menaje sea recibido de manera incorrecta. Dentro de estos podemos encontrar:
El lenguaje puede cambiar de significado de una región a otra, por lo que la traducción que es válida para digamos España, puede no ser totalmente entendible para Argentina, y la de esos países, puede no ser clara en México.
La utilización, en la traducción, de palabras importadas de otro idioma, puede no ser la correcta o puede generar diferentes interpretaciones.
Existen palabras de uso corriente, que pueden tener varios significados y por lo tanto estar sujetas a diferentes interpretaciones.
La acentuación de las palabras cambia el significado de estas, por ejemplo carácter se refiere al conjunto de rasgos característicos y caracter se refiere al signo de escritura o imprenta.
Así mismo, debemos observar las reglas correctas de puntuación, ya que una coma puede cambiar el significado de lo que se quiere comunicar. Los publicistas han creado e inventado palabras que poco a poco se van filtrando en el vocabulario, sin que exista un significado verificable de estas. Por ejemplo la palabra sanitizar que hoy en día se ha puesta tan de moda, no existe en el diccionario de la lengua de la Real Academia de la Lengua, es un anglicismo que se ha tomado de la palabra “sanitize” que quiere decir higienizar o desinfectar, términos que deberían ser utilizados por la publicidad.
En los empaques de ciertos productos encontramos también distorsiones en el significado de las palabras. Hace varios años compré en una tienda de autoservicio un nacimiento producido en algún país extranjero. Después de algún tiempo, vi que en la caja traducían “un encantador portarretrato del nacimiento de Jesús, que es una mala traducción de “a charming portrait of the Jesus Birth”, cuando la traducción correcta de “portrait” es retrato, y traduciendo portarretrato al inglés sería “frame”.
También he encontrado errores como los mencionados en las traducciones de manuales de usuario de ciertos productos, en los que se toman palabras incorrectas de traducciones inadecuadas o aparentemente textuales de palabras de otros idiomas, que aún que parecidas, significan otra cosa. Por lo tanto, es necesario que la administración de cualquier entidad se asegure que el mensaje es recibido por parte del receptor de una manera correcta.
*El autor es Socio de Vission Firm.
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