Servir: un propósito impostergable

México tiene una media educativa de siete años (más-menos). Sin embargo, en nuestro país, ser graduado de una maestría implica una formación aproximada de 21 años (cursos varios y talleres incluidos). La obligación moral y social de un egresado con respecto a su comunidad, de cara a su barrio, es enorme.

"La obligación moral de un egresado de maestría con respecto a su país, de cara a su barrio, es enorme", Luis Hernández Martínez. || Fotografía: APD.

Por Luis Hernández Martínez*

El fin de semana pasado (12 de julio, Día del Abogado en México) participé en la Ceremonia de Graduación 2025 de la Academia de Política Digital (APD). En mi calidad de Director Académico ofrecí las palabras finales.

Dirigí mi mensaje a una audiencia conformada por 40 personas envueltas en su alegría, en sus sueños (egresados de maestría, especialidad, diplomado) y acompañadas de sus familiares y amigos. Les hablé sobre la unidad de vida. Un concepto que urge (pide a gritos) retomarse.

Me refiero a una visión sobre cómo debe educarse a las personas para que su desempeño profesional impacte de manera positiva en el tejido social de nuestro país. Para que sus acciones y toma de decisiones tengan como guía las virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Para que actúen, en cada momento, como si sus madres los observaran.

La función social de un egresado, y sobre todo de maestría, debe girar alrededor de la congruencia, pero una virtuosa. El graduado tiene que comportarse conforme piensa. Debe desempeñarse según lo que dice. Sus acciones, entonces, tienen que ser congruentes con su manera de pensar y decir. Un egresado de maestría tiene que ser conocido por sus hechos y liberado por la verdad (única; sin sesgos, sin filias, sin fobias).

"La función social de un egresado, y sobre todo de maestría, debe girar alrededor de la congruencia, pero una virtuosa", LHM. || Fotografía: APD.

México requiere de sus egresados, en sentido amplio, una entrega total (volcada apasionadamente) al servicio de las personas.

Me refiero a un servicio sustentado en el trabajo cálido y de calidad; técnico y ético. Una laboriosidad bien hecha. Que tenga aroma de eternidad. De legado. Personas que sean capaces de tratar bien a las personas y elevarse por medio del trabajo cotidiano, del cumplimiento cabal de sus deberes.

Hago votos para que la idea central de mi mensaje quedara claro: urgen egresados que tengan un apasionado sentido de servicio, apuntalado por una unidad de vida que los muestre congruentes y virtuosos en todos los ámbitos de su existencia; particularmente en los actos cotidianos. En las acciones diarias. Las que marcan de manera positiva al ciudadano de a pie. Las que cambian la vida de los grupos vulnerables en México.

*El autor es fundador de Alta Dirección Jurídica.

PARA CITAR EL PRESENTE ARTÍCULO: Hernández Martínez, L. (2025, 15 de julio). Servir: un propósito impostergable [Entrada de blog]. Alta Dirección Jurídica. https://www.altadireccionjuridica.com/post/servir-un-prop%C3%B3sito-impostergable