La persona clave es más que talento: asegurarla es proteger tu futuro (y el de tu empresa)
- Alta Dirección Jurídica
- hace 16 horas
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Por Luis Hernández Martínez*
Polímata en cumplimiento estratégico, ética corporativa, liderazgo regulatorio e investigaciones periodísticas especializadas en empresas y negocios (también un ignorante razonable, y aprendiz para siempre, de otras disciplinas).
Hay empresas que viven o mueren por una persona. No te hablo de mitos fundacionales, sino de ejecutivos cuyas decisiones, redes, conocimiento y visión son tan centrales que su ausencia provocaría una sacudida inmediata en ventas, relaciones con clientes, innovación o la operación diaria. En otras palabras: tu empresa (despacho, consultoría, firma de servicios profesionales) es una sinfonía; y la persona clave es uno de los solistas más virtuosos.
Ahora bien, ¿qué pasaría si ese solista no puede tocar más? ¿Si por enfermedad, accidente o, para mayor claridad, la vida le pone una pausa a su ejercicio profesional? Piénsalo. No es una hipótesis lejana. Es una posibilidad real, con impacto profundo en tu organización. Y aquí es donde entra una estrategia que pocas empresas usan con la seriedad que merece: la modalidad de persona clave (también reconocida en las leyes fiscales mexicanas como el “seguro de técnicos y dirigentes”).
Contar con dicha modalidad no es un lujo; es una decisión estratégica de continuidad (con aroma a legado y visión estratégica). Es contar con un colchón de liquidez para lo incierto. ¿Y lo más potente? ¡Puede ser completamente deducible! Claro, si se diseña conforme a la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR) y su Reglamento (entre otras consideraciones a cubrir).
El seguro de persona clave, una estrategia de resistencia
Imagina esto: conoces a una empresa de alto crecimiento, con clientes estratégicos, una plataforma en expansión, talento y visión. Su Chief Technology Officer (CTO) construyó la tecnología, cerró alianzas con cuentas grandes, trazó un roadmap de producto que define el futuro. ¿El problema? Su rol es tan central que no existen planes de sucesión claros, y nadie más entiende su lógica, ni su lenguaje técnico.
Y la historia sigue. Cuando alguien como nuestro hipotético CTO se va (por cualquier razón), no sólo se marcha una persona: se pierde una parte importante de tu negocio. No es sólo un tema de reemplazo técnico; es la confianza de clientes, la capacidad de retomar proyectos, la continuidad financiera… Y todo ocurre mientras encuentras a un sustituto. ¡Eso puede costar una fortuna! Más aún si no tienes el tiempo para improvisar y reaccionar.
Igual escenario de preocupación tiene el potencial de ocurrir si encabezas una firma de consultoría, un despacho de abogados (contadores, auditores), agencia de relaciones públicas… Y la persona (o personas) clave de tu negocio abandonan el barco (director de finanzas, contadora general, director de mercadotecnia…). Una situación igual de preocupante si tú le faltas al negocio. ¿Qué ocurrirá con todo tu esfuerzo? Desde ahora te adelanto el final de la película: tu empresa tiene enormes posibilidades de desaparecer si tú le faltas.
Esta modalidad no es un “seguro más”: está pensada para proteger a la empresa, no para enriquecer al asegurado. Su propósito es “resarcir la disminución de productividad”, facturación o eficiencia que la ausencia de un técnico o directivo clave podría provocar. Y aquí es donde la LISR entra en juego. Pero no basta con comprar cualquier seguro. El Reglamento de la LISR impone condiciones muy precisas para que la deducción sea válida (búscame para darte los detalles y explicarte cómo hacerlo: consultanos@altadireccionjuridica.com).
El marco legal que envuelve al seguro de técnicos y dirigentes no sólo legitima la modalidad, sino que la convierte en un activo financiero inteligente, alineado con la gestión de riesgos y la salud fiscal de la empresa.
Llega la tormenta, ¿qué haces?
Piensa en la empresa como un barco: tú eres el capitán que traza la ruta, pero tus personas clave son el timón, las velas y tripulación esencial. En medio de la mar, una tormenta es inevitable. No puedes controlar cuándo vendrá, pero sí puedes gobernar qué tan preparado estás.
Sin un seguro de persona clave, la tormenta puede volcar tu embarcación (ante la falta del líder, la organización suele quedarse sin respuestas rápidas para salir del estado de emergencia). Así que contar con el seguro significa tener un chaleco salvavidas financiero. No sólo para ti, sino para la empresa. ¿Por qué? Porque si tu persona clave (tu socio o socios, también tienen ese rango) se va (n), entonces no sólo pierdes su talento: podrías perder clientes, retrasar proyectos, renegociar alianzas y desestabilizar tu crecimiento.
Pero ya, en concreto, ¿cómo impacta el seguro de técnicos y dirigentes a nivel corporativo?
1. Continuidad operativa y resiliencia. No es sólo que recibas dinero si ocurre algo malo, sino que la indemnización te brinda la liquidez necesaria para manejar la crisis: contratar un reemplazo, hacer una transición ordenada, retener clientes. Es un instrumento que evita que la empresa (tu despacho, consultoría, agencia, comercializadora) entre en pánico financiero.
2. Ventaja competitiva ante inversionistas. Una empresa no sólo debe enfocarse a crecer, tiene que proteger su capital humano clave. ¿Por qué? Porque envía una señal muy poderosa para sus grupos de interés. Reflexiona: no eres un directivo con aires de emprendedor que quiere vender rápido. Eres un líder que construye una organización sostenible, consciente del riesgo y con planes para lo inesperado. Eso eleva tu credibilidad, tu valuación profesional y tu atractivo para obtener fondos.
3. Eficiencia fiscal. Al deducir la prima conforme a la LISR y su Reglamento, reduces tu carga fiscal. Esa deducción no es una graciosa concesión: es una herramienta legítima para optimizar tus recursos. Bien estructurada, dicha prima puede costarte mucho menos de lo que crees, una vez que se aprovecha el beneficio fiscal. Tu contador debe saberlo. Es más: lo sabe. Apóyate en sus conocimientos (también puede ser una persona clave).
4. Gobernanza y cultura corporativa. Implementar un seguro de persona clave también es un acto de buen gobierno. Demuestra que tu empresa piensa en el mediano y largo plazo, que identifica riesgos humanos estratégicos y los mitiga formalmente. Es una práctica que fortalece la cultura de responsabilidad, previsión y profesionalismo.
Historia imaginada: el día después de mañana
Visualiza ahora la escena siguiente: tu CTO sufre una incapacidad inesperada. ¡Pero tu empresa recibe la indemnización del seguro! Así que no detienes proyectos; activas un plan de transición. Llega a tu organización un excelente candidato gracias a que contrataste a un headhunter experto en talento tecnológico. A la novel adquisición le das cursos intensivos, le asignas mentores para que los clientes sean atendidos sin interrupción, y ofreces incentivos para mantener los contratos activos. Y todo lo anterior sin vaciar la cuenta de operación ni desviar las inversiones planeadas.
En seis meses, tu nuevo ejecutivo (actual persona clave) construyó legitimidad. Los clientes ven estabilidad. El equipo interno respira mejor y se motiva, sabiendo que el reemplazo fue seleccionado con criterio y buen juicio. Resumen: tu empresa no sólo sobrevivió; emergió más estructurada, más madura, con un plan de sucesión válido y con un valor más sólido para el consejo de administración o para posibles inversionistas.
En la cultura de los negocios contemporáneos, muchas organizaciones empresariales celebran la innovación, el crecimiento rápido y la disrupción. Pero pocas adoptan la resiliencia con el mismo entusiasmo. Y, sin duda, aún menos usan la protección humana como una palanca estratégica.
El seguro de persona clave es, en realidad, una apuesta por la estabilidad. No es una póliza “por si acaso”: es un instrumento de gestión estratégica, una señal de profesionalismo, una pieza central en tu plan de continuidad. Para un empresario visionario, no tiene sentido preocuparse sólo por lo que va a construir, sino también por lo que puede perder y cómo puede recuperarse.
En otras palabras, si estás construyendo algo que vale la pena (una empresa con alma, talento, valor) no dejes que tu activo humano más valioso se convierta en un riesgo no mitigado. Asegúralo, documenta su impacto, y da un paso hacia una organización más fuerte, más preparada y consciente de su futuro.
*El autor es fundador de Alta Dirección Jurídica y Socio del Área de Capacitación de Vission Firm México (miembro de GGI Global Alliance).
PARA CITAR EL PRESENTE ARTÍCULO: Hernández, L. (2025, 18 de diciembre). La persona clave es más que talento: asegurarla es proteger tu futuro (y el de tu empresa) [Entrada de blog]. Alta Dirección Jurídica. https://www.altadireccionjuridica.com/post/la-persona-clave-es-m%C3%A1s-que-talento-asegurarla-es-proteger-tu-futuro-y-el-de-tu-empresa